Tuesday, January 25, 2011

De mi obsesión con Hungría IV Parte: El sonido del húngaro

Durante los primeros 6 meses no se suscitó en mí, interés alguno por aprender húngaro. Todos sabemos que es un idioma más que inútil, además de ser increíblemente difícil de aprender para un extranjero, lo cual lo convierte en una buena PÉRDIDA DE TIEMPO. El húngaro es hablado por 15 millones de personas en el mundo, que es si acaso un poco más de la mitad de la población venezolana (eso es lo primero que pensé); de los cuales 5 millones no viven en Hungría, por lo que se ven obligados a hablar otros idiomas y criar a sus hijos en otros contornos lingüísticos. En el mercado laboral mundial no existe beneficio posible que salga de aprender a hablar húngaro, vamos a estar claros. Además, la población húngara está decreciendo (su tasa de crecimiento anual es de -0.25% anual, échenle bolas) y con ellos muere también el húngaro como lengua.

Éste es el primero de muchos posts que van a estar dedicados exclusivamente al idioma. ¿Por qué? Porque 1) Me da la gana.  2)  Se lo merece.

Les decía que no me interesaba aprenderlo, hasta que, durante la presentación cultural de un campamento, los jóvenes húngaros decidieron recitar un poema de József Áttila. Allí fue. Allí cambió todo. There was no way back for me.  Lo que me atrapó en primer lugar fue sin duda el ritmo suave del idioma que es lo que hoy quiero compartir con ustedes.

Éste es otro poema de József Áttila llamado "Óda". Está recitado por mí misma y es primera vez que me aventuro a recitar cualquier cosa, así que no sean muy duros conmigo. Húngaros lo escucharon y aprobaron mi pronunciación, apuntando sólo que mi "R" es, en una o dos palabras del poema, demasiado "rrrr". Son sólo ciertas partes porque el original es muy largo. Espero lo disfruten, y, de ser posible, léanlo completo.















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